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Víctor Manuel Arbeloa – Agradecimiento

Palabras de Víctor Manuel Arbeloa en el acto de entrega del Premio Cadenas de Navarra 2016:

 

A pesar de este trago que tuve que pasar

-y que me resistí a pasarlo-,

puedo ahora deciros,

bien alto y claro,

que estoy muy contento

de poder pasar con todos vosotros

un buen rato.

x

Navarros, españoles, europeos,

Habitantes del bello planeta, que Tierra lo llamamos,

Hijos, en fin, del Universo

vasto,

en expansión constante,

que nos fascina

y nos tiene, día y noche, estupefactos,

¿quién ha dicho por ahí

que lo nuestro es ahora resistir

a no sé qué y a no sé cuántos?

No. Lo nuestro,

en todo caso,

es consistir

-verbo filosóficamente exacto-

e insistir en lo mejor

acaso

que tenemos los que aquí y ahora

estamos:

la conciencia de ser universales

en intención, y también en todo aquello

cuanto

podemos compartir

en tiempo y en espacio:

los problemas que son nuestros problemas

-hambre, emigración o paro-,

los afanes, que son nuestros afanes,

y los últimos y bellos ideales

más altos

en este mundo

cada día más unido y cercano,

en esta primera Patria universal,

la patria de todos los humanos.

Los más pobres del mundo nos esperan:

porque son nuestros hermanos.

***

Patria es Europa también,

Patria entrañable, egregia,

que nació de Germania,

de las dos Romas y Grecia;

que buscó la unidad, siempre plural,

en la diversidad de orígenes y etnias,

de usos y costumbres

y de lenguas;

que buscó la razón del ser y de la vida;

que escuchó la música celeste

de la divina transcendencia;

que a través de guerras y de paces,

de prodigios de leyes y de ciencias,

supo en fecha reciente

cuajar en Unión Europea:

¡Sobre un intenso azul de cielo y mar,

las doce fulgurantes estrellas

del último libro de la Biblia,

alumbran el futuro

de esta Región del mundo pionera!

(Hago un paréntesis aquí,

con tristeza.

Y mientras oigo de Beethoven y Schiller

la música y la letra,

¡lamento

que esas mismas estrellas

no iluminen

las cotidianas tareas

de mi querido Parlamento de Navarra,

el Parlamento de mis gozos y mis penas!).

 

x

Fue la Unión la aventura más audaz

de todas las políticas de la Historia Moderna.

Aventura que acaba de empezar

y merece todos los esfuerzos y paciencias.

Patria ejemplar de las libertades,

Patria de derechos y deberes por bandera.

***

La Roma del Imperio

y su herencia germánico-romana

a cientos y cientos de tribus primitivas

les dieron su norte, su sentido,

una guía para el cuerpo y para el alma:

la noción del derecho

y el orden de la vida organizada.

Tierra de tierras, Valle de valles,

Selva de bosques, Río de afluentes

fue desde el primer momento Hispania.

Crisol de lenguas, ingenios, memorias y proyectos,

Pueblo de pueblos, Patria de patrias.

Paso y pasillo de todas las rosas de los vientos pobladores

y piel de toro tensa de conflictos y de acuerdos,

de amores y batallas.

tartesia, fenicia, berónica o vascónica

Ibérica, celtibérica, astúrica o cantábrica

cartaginesa

y romana,

visigoda, bizantina,

junto a la romano-hispana,

islámica después,

mozárabe y judaica.

Hispania-España en los primeros poetas medievales,

creciente hacia el imán de la unidad

que Roma le enseñara.

Reino de reinos,

por fin unida y federada.

Descubridora de tierras y de mares,

dueña de medio mundo

por la sangre, por la fe y por la espada.

Un día, como toda Europa,

absolutizada,

y tras guerras, guerrillas, victorias y derrotas,

como toda Europa,

por fin, libre, constitucional y democrática.

***

Desde hace muchos siglos, nuestro pequeño Reino

partido y repartido, vencido y victorioso,

siguió el rumbo de la madre Hispania.

Así cantaban en la escuela, de chicos, nuestros padres

la geografía patria:

La antigua noble Vasconia, / hoy Provincia de Navarra,

en uno de los extremos / de España está situada

[cantado]

No era sólo Vasconia.

Otros vecinos Pueblos

poblaron en remotas edades

el que iba a ser un día nuestro suelo:

águila asomada

en los altos Pirineos

y desplegada

sobre los ríos que corren

hacia el Cantábrico o el Ebro.

Romanizado de los pies a la cabeza,

los mártires de Roma

nos predicaron el Evangelio.

Y, como todos los del mundo,

en tiempos y lugares

de señores y siervos,

de reyes absolutos,

de duques y de condes severos,

a las veces crueles

con frecuencia violentos,

tuvieron que pechar nuestros ancestros

con deberes y derechos,

casi siempre más

con aquéllos

que

con éstos.

Y ahí comenzó

la historia de los Fueros.

Ojalá que, como canta nuestra jota

(¡tranquilos, que a cantar ahora no me atrevo!)

Si el escudo de Navarra / tiene cadenas de hierro,

no fue porque las forjaron, / sino porque las rompieron.

Pero no siempre fue así:

no fuimos siempre tan benéficos,

tan buenos.

Y aquí estamos, ya en el siglo veintiuno,

jóvenes y viejos

rojos y azules, descoloridos

o de color incierto,

con muchas opiniones encontradas

y con algunos consensos.

En una historia tan larga y tan densa

pocos son los hechos

que dejan honda huella

y son dignos

de permanente recuerdo.

Uno

de ellos,

la ley

del Amejoramiento,

que confirmó nuestro status autónomo ancestral,

-porque España se hizo así

y así fueron tras las guerras los acuerdos-

y lo adaptó sabiamente a la tabla

de los avances democráticos modernos.

Lo defendimos entonces con todo el entusiasmo,

con toda voluntad y todo el conocimiento,

y con el mismo ardor que entonces

lo defendemos y lo defenderemos:

contra toda demagogia,

contra todo menosprecio,

contra el odio y la mentira,

-que nunca son lo nuevo-,

a todas horas

sabiendo

que ahí nos jugamos

nada menos

que el pasado, el presente y el futuro

de nuestro sueño.

Lo copio del poema “A la Fortuna”,

de un poeta excelso:

de Jorge Manrique, siglo quince,

que todos conocemos:

Que yo las armas probé / para mejor defenderme / y más guardarme, / y la fe sola hallé / que de ti puede valerme / y defensarme. / Mas esta sola sabrás / que no es sola defensa / mas victoria. / Así que tú llevarás / de este debate la ofensa / yo la gloria.

La fe, la convicción, la voluntad,

no sólo el sentimiento.

El trabajo constante, inteligente,

no sólo el postureo.

Tuvimos que sufrir,

y no lo olvidaremos,

cuarenta años de acosos y de asedios:

cuarenta y ocho víctimas mortales,

amenazas, estragos, exilios, robos y secuestros

de parte de unos cuantos etarras

sanguinosos bandoleros,

y de todos aquéllos

compañeros de viaje,

con su apoyo, sus votos, su silencio.

Porque eran navarros y españoles,

los mataron y están muertos.

Pudieron matarnos a nosotros

y ahora nos recordarían ellos.

Sois la flor rojecida -escribí un día-

de nuestro Pueblo.

Sois el fruto rotundo

del Pueblo.

La raíz enterrada

de nuestro Pueblo

Acabamos de saber

que tres principales mosqueteros

políticos de la banda,

los tres mejores paleros

entre los tahúres de la estafa

-que eso es el trile verdadero-,

de la estafa más cruel que padecimos

y que todavía padecemos,

han tenido el público placer

de llamarnos

tristes trileros.

Sigámosles

literariamente

el tonto y macabro juego

de los tres tristes tigres

del miedo:

fauces feroces y falaces,

pero ya sin garras en los dedos.

Quieren ganar con este género de infamias

la guerrilla que perdieron;

reducirnos a unos cuantos

a un bárbaro exilio interno,

e imponer el relato excluyente

que intentaron con las armas

los etarras matarifes, autores

de los degüellos.

Pero nuestro mensaje

de libertad, de justicia y de progreso,

navarro, español

y europeo,

exige el trabajo de muchos,

exige el esfuerzo de extenderlo

también desde Ansoáin hasta Bera o Lesaka,

no sólo desde Ansoáin hasta Fitero.

Y es no sólo el programa de un partido

ni el programa de un grupo selecto.

Y menos si los jóvenes no tienen

un papel decisivo en el diseño.

Oigamos al maestro de Urdax, Pedro de Axular

en su libro decisivo Gero:

Gaztetasuna sendo da, indartsu da, ongi egiteko, trabaillatzeko… Baiña zahartzea flako da, on behar da, berak du bere buruarekin, eta bere buruaren sontengatzen, egitekorik asko.

Lo que quiere decir,

más o menos:

La juventud, robusta y fuerte,

puede llevar a cabo los trabajos extremos.

Los mayores -llamémoslos así- bastante tienen

con cuidar sus propios huesos.

Otro poeta, pre-renacentista,

Gómez Manrique el caballero

escribe en el Examen y Querella de la Gobernación

estos alados versos:

x

Hombres de armas sin jinetes / perezosa fazen guerra. / Las naos sin las barquetas / mal se sirven de la tierra. / Los menudos sin mayores son corredores sin salas./ Los grandes sin los menores / como falcones sin alas.

Y al mirar hacia atrás,

sin ira pero sí con rigor y autocrítico respeto

tendremos que reprocharnos cuerdamente

lo que hicimos mal o dejamos de hacer

en nuestro empeño:

olvidos, bajezas, indolencias,

abusos y excesos,

las malas compañías,

los malos consejeros,

la necia dependencia

de la gente del dinero,

esa gente que tiene a los políticos

como títeres selectos,

o, a lo más,

como dóciles titiriteros.

***

Navarros, españoles,

europeos,

habitantes del mundo,

hijos del Universo…

nada de conclusiones y recetas,

de estribillos simplistas

ni consejos.

Con sencillez amiga,

esta imprevista cariñada os agradezco.

Y con un ¡ánimo! mil veces repetido,

aquí y ahora os dejo.

Asociación Cultural Doble12